lunes, 5 de marzo de 2018

Brevet 200k Sant Feliu

Iniciamos temporada brevetera con los 200 de Sant Feliu. Dura por desnivel, por ser la primera del año y de postre, alguien se dejó la puerta abierta y nos dio una ventolera en la primera mitad que nos dejó fritos.
Mucho coco y agachar la cabeza.

Pero vayamos por partes que diría Jack...
En la salida un montón de gente conocida y algún reencuentro que me alegra como el de Miguel Ángel que ha vuelto a esta bendita locura  de las brevets.

Se da la salida y se nota que la gente está nerviosa, porque según mi reloj faltan dos minutos para las 8. El suelo está mojado por la lluvia de la última semana, con lo que yo no disfruto de esta primera parte. Por suerte es casi todo llano o subida hasta el primer control.

 Sellado en S. Sadurní


 Con Charo y Santi (incapaz de salir en la foto)

Empiezan a llegar los rumores que el restaurante de Querol está cerrado. Así que el control será fotográfico. Mientras tanto hemos de sufrir un vendaval que nos incrementa la dificultad de ir subiendo hacia la Llacuna.

Coronamos y seguimos el camino hacia Querol, donde la bajada hormigonada al 19% le pone el punto difícil al asunto. Afortunadamente, lo que es malo para una cosa es bueno para otra, así que el viento ha secado la carretera bastante.

 Control fotográfico del grupo al completo

Ya teníamos apalabrado llegar hasta Sta María de Miralles, donde aprovisionarnos en la gasolinera. Llegamos y hay bicis por todos lados. No les queda pan, las coca colas calientes dan fe de que no esperaban llegar una nube de ciclistas hambrientos, porque desde Guardiola de Fontrubí, no hemos pasado por ningún pueblo.

La pausa al solecito.

Desde allí a Castellolí vamos subiendo, esperando el segundo gran coco de la jornada que nos está esperando. Montserrat.

 Castellolí, otro control.

Saliendo de Castellolí, repechón de subida y para arriba. Montserrat se ve al fondo y mejor no obsesionarse. El desarrollo acaba en el 28, así que no se nos permiten muchas alegrías a los que estamos "anti-finos"
Referencias visuales


 Aunque no se vea bien, el fondo estaba todo nevado

Mejor balcón que este no hay

Ya solo queda un control, Vacarisses. Un puerto que si es el único de tu ruta, ni te enteras. Con todo lo que llevábamos, se convierte en un coloso. Aquí me tomo un gel sabiendo que lo que me espera es todo favorable para un rodador como yo. Y asi fue. Llegamos nuevamente a Sant Feliu con unas 9 horas de pedaleo, cansados pero contentos.

Esperando a sellar el control final

Como siempre, hay cosas a mejorar en mi preparación, en el material, pero terminé bastante satisfecho en líneas generales. 
A ver que tal se nos da la próxima.

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